Esta temporada de invierno se ha convertido en un gran momento para ver anime y entre tantos estrenos reconocidos es normal que una propuesta nueva con una temática tan diferente como Sabikui Bisco esté pasando desapercibida, sin embargo, su historia nos presenta un mundo postapocalíptico que tiene todo el potencial para destacar.
La serie se desarrolla en un Japón futurista devastado por un evento catastrófico que convirtió a Tokio en un cráter gigante y que mantiene a los supervivientes en completo pánico por el “viento oxidante”, algo que corroe las ciudades y a sus habitantes quienes en su mayoría mueren cuando el óxido llega a sus órganos vitales.
Nuestro protagonista, Bisco Akaboshi, junto con el médico Milo Nekoyanagi, se embarcan en un viaje para obtener el hongo “devorador de óxido”, una droga milagrosa que purifica todo el óxido y que tiene el potencial de salvar el mundo. El problema es que todos están convencidos de que son esos hongos los que esparcen la enfermedad.
Con esta premisa, la serie basada en las novelas ligeras de Shinji Cobkubo y K Akagishi, nos plantea una historia que sobresale por su originalidad, con personajes que fácilmente se ganan nuestro cariño y con una animación bellísima por parte del estudio OZ, algo todavía más destacable teniendo en cuenta que es un estudio totalmente nuevo.
Al ver el primer episodio es fácil catalogar la serie simplemente como un anime sin mucho sentido en la que un montón de cosas aleatorias están puestas allí solo para confundirte, pero lo cierto es que “Sabikui Bisco” nos presenta una historia interesante que más allá de sus elementos ficticios nos recuerda la crisis medioambiental en la que ya vivimos.
Aunque nuestro fin del mundo es mucho menos escandaloso que la gigantesca bomba que se nos presenta en los primeros segundos del primer capitulo, hablar de un mundo difícil, lleno de gente asustada que prefiere no salir de casa y que cuando lo hace se cubre por completo para evitar una enfermedad mortal ya no suena tanto como ficción.
Hablar de un mundo extremo y sin muchos recursos tampoco es una realidad tan lejana si tenemos en cuenta que los últimos siete años han sido los más cálidos jamás registrados y el aumento del nivel del mar ha alcanzado un nuevo nivel máximo.
Allí recae la importancia de encontrar en narrativas como la que nos presenta “Sabikui bisco”, que con ciertas dosis de ficción nos presentan historias no tan alejadas de nuestra realidad que funcionan como traductores de los pesados informes científicos y que despiertan nuestra conciencia ecológica.
Para que la población entienda la importancia de cuidar el medio ambiente y todas las acciones que esto conlleva, presentar datos y gráficas no provoca las emociones necesarias para despertar en el ser humano el interés necesario pero la eco-ficción si puede hacerlo, peliculas o series como “Sabikui bisco” nos permiten examinar nuestros propios comportamientos e imaginar posibles soluciones, lo que convierte al anime en una herramienta más para modificar el futuro.
Así, quizá el camino de Bisco Akaboshi y su tribu de cuidadores de hongos pueda poner otro granito de arena a la ya vital necesidad de imponer a las generaciones más jóvenes el respeto por la naturaleza. Así que dejen de tirar basura, no desperdicien el agua y denle una oportunidad a esta joya escondida de la animación.
Sinopsis de Sabikui Bisco
La historia se desarrolla en Japón, donde el Viento Corrosivo ha arrasado todo a su paso. La gente vive con miedo al óxido que corroe las ciudades y la vida en general. Un chico llamado Bisco Akaboshi, de la despechada tribu del Hongo Guardian, se embarca en un viaje en busca del Hongo Antioxidante, una droga milagrosa que elimina el óxido, y que podría salvar a su profesor moribundo. Durante su viaje Bisco se encuentra con Miro Nekoyanagi, un amable médico cuya hermana mayor también se encuentra afectada por el óxido.
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