En una industria cada vez más dominada por la inteligencia artificial, Goro Miyazaki, director de Studio Ghibli e hijo del legendario Hayao Miyazaki, alza su voz para defender la animación tradicional. Mientras herramientas como ChatGPT lanzan generadores de imágenes que imitan el estilo Ghibli, el cineasta mantiene una postura clara: la verdadera magia de la animación no puede ser replicada por algoritmos.

La paradoja tecnológica

Goro reconoce los avances sorprendentes de la IA, admitiendo que “en pocos años podríamos ver largometrajes completamente generados por inteligencia artificial”. Sin embargo, enfatiza que esta tecnología nunca podrá igualar el toque humano que define las obras de su padre. “Hay una mezcla única en sus películas – esa combinación de dulzura y crudeza, de vida y muerte – que surge directamente de sus experiencias durante la guerra”, explica el director de “From Up on Poppy Hill”.

Studio Ghibli

El legado irrepetible

Para Goro, el valor de Studio Ghibli reside precisamente en lo que la IA no puede copiar: “La esencia de mi padre y de Toshio Suzuki, su visión única, su actitud ante la vida y el arte… eso no es algo que se pueda programar”. Esta convicción contrasta con proyectos como “Twins Hinahima”, anime pionero en usar IA generativa que actualmente se transmite en Japón.

¿Complemento o competencia?

El director adopta una postura matizada:

  • Rechaza la idea de que la IA pueda reemplazar la creatividad humana
  • Admite su utilidad como herramienta de conceptualización y producción
  • Cuestiona si el público realmente desea consumir animación 100% generada por máquinas

Una visión optimista del futuro

Lejos de ser un luddita, Goro ve oportunidades en esta encrucijada tecnológica: “La IA podría ayudar a descubrir nuevos talentos, ofreciendo herramientas accesibles para quienes comienzan”. Esta perspectiva es compartida por Iizuka Naomichi, director de “Twins Hinahima”, quien considera la IA como un instrumento más en el arsenal creativo.

Mientras el debate sobre inteligencia artificial en el arte continúa, Goro Miyazaki mantiene firme su convicción: el alma de Studio Ghibli esa mezcla inefable de maestría técnica y profundidad emocional permanecerá como un bastión del arte humano en la era digital. “Quizás aparezcan películas hechas por IA”, concluye, “pero nunca tendrán el corazón de lo que hacemos aquí”.

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