Un 21 de Febrero de 1886 se estrenó en Japón The Legend of Zelda, la franquicia que hizo historia con cada entrega. Sus personajes y su trama ya forman parte de la cultura popular tal y como lo hicieron otros íconos en la historia de los videjuegos como Mario y su universo. The Legend of Zelda no solo comparte relevancia con Mario, sino que también fueron creados por la misma persona: Shigeru Miyamoto.

No estuvo solo para crear el primer título, sino que lo hizo con la compañía de otro director legendario, Takashi Tezuka, con quien ya había compartido equipo durante el desarrollo de Super Mario Bros., lanzado un año antes que el primer título de Zelda, en 1985.

Hyrule nació de la premisa que tuvo Miyamoto de que los jugadores tuvieran la libertad de expresarse a su manera. Hyrule en la primera entrega estaba compuesto por una serie de puntos de interés, unidos por intrincados caminos y sistemas de mazmorras. El sentido del descubrimiento está acentuado gracias a la decisión de diseño de prescindir de metas lineales: de alguna manera, The Legend of Zelda es un precursor en el concepto de los mundos abiertos, dándole al jugador la libertad de avanzar dentro de la aventura a su ritmo. Este concepto también se mantiene a lo largo de la serie, alcanzando su punto máximo en The Legend of Zelda: Breath of the Wild, publicado para Nintendo Switch.

El folleto del cartucho nos contaba toda la historia que el juego no podía plasmar por las claras limitaciones técnicas de aquel momento, y así los jugadores conocieron detalles sobre el mágico mundo de Hyrule, a Link, el héroe protagonista, a la princesa Zelda y naturalmente, a Ganon, el personaje antagonista y uno de los villanos más populares en la cultura del videojuego.

Pese a las grandes ideas y nuevos conceptos, ni Miyamoto ni Nintendo tenían grandes expectativas al momento de lanzar el juego, ya que consideraban que no estaba bajo los estándares populares para videojuegos de la época, pero se equivocaron.

The Legend of Zelda fue publicada exclusivamente en Japón en el formato de disquete para el accesorio especial de Famicom, la consola de 8 bits de Nintendo y aún así, consiguió vender más de un millón de copias. Fue a raíz de este suceso que Nintendo decidió posteriormente publicarlo en cartucho y distribuirlo internacionalmente, así se alncanzó las siete millones de copias vendidas: The Legend of Zelda era ya un hito a la altura de Super Mario Bros. y en muchos sentidos, incluso superior.

The legend of Zelda fue un juego adelantado para su época. Por fortuna, no murió en el ostracismo como suele ocurrirle a los adelantados, sino que fue bien recibido y percibido por su público contemporáneo, que no sabía que los videojuegos podían brindar experiencias como estas.